¡Hola! Me llamo Belén
y soy de mente inquieta, soñadora y enamorada de lo natural.
Rodeada desde que nací de animales en general y de muchos perros en particular, no ha habido año en mi vida que no haya tenido a un maravilloso ser canino olfateándome cerca ¡y doy gracias!
Ya he convivido con 14 perros nada menos. Recuerdo sentarme de niña a observar la comunicación que tenían mis perros entre ellos y es algo que después de tanto tiempo me sigue embobando.
Tenía clarísimo que quería ser Veterinaria Equina, ya que los caballos son mi otra debilidad, pero la vida me llevó a centrarme en los perros y no me puede hacer más feliz.
Trabajar para ayudar a los animales es mi gran pasión, después de formarme como Educadora y Adiestradora Canina profesional y seguir con muchos cursos de ampliación (que a día de hoy sigo actualizando) tuve que compaginar con trabajos que no me hacían feliz así que decidí lanzarme, como siempre, a hacer lo que de verdad me hace vibrar.
En mi vida hay 4 pilares que no pueden faltar: perros, libertad, naturaleza y conocimiento, de esto último me defino como aprendiz incansable.
El comportamiento canino es alucinante y guiarte para que entiendas a tu compañero y puedas llegar a una convivencia feliz es muy gratificante para mí.
Todos mis perros me enseñaron algo pero estos dos me hicieron dar eL GRAN paso…
TAYRON
Mi rebelde sin causa, como yo le llamaba, fue el causante de que hiciera mi primer curso de educación canina en 2015.
Perro cariñoso, noble y juguetón con algunos problemillas con machos que yo no gestioné del todo bien en su momento.
Su mirada me hacía olvidarme de todo y lo que más nos gustaba era bailar y dormirnos la siesta.
El me marcó y desde el día que lo conocí fue una revolución inspiradora. Se marchó su cuerpo en 2020 pero su alma sigue a mi lado.
UMA
Ella es dulzura infinita y sensibilidad pero a la vez es salvaje y poderosa, hubo demasiado feeling cuando nos vimos y ya fue imposible separarnos.
Inquieta donde las haya, con ella he aprendido a parar y a saborear el «no hacer». En realidad, somos parecidas en lo bueno y en lo malo, lo mejor es que vamos aprendiendo juntas.
Algo insegura con desconocidos hace que la primera impresión que percibe a veces sea negativa, sólo le tengo que dar su tiempo para gestionar.
Pasamos mucho tiempo juntas y lo que más disfrutamos es de caminar y correr libres en la playa.